El lunes empieza el sábado de Arkadi y Borís Strugatsky es el resultado de mezclar ciencia, crítica, humor y magia en un mismo tomo. El libro plantea como sería la institucionalización de la magia en la Unión Soviética, con las consiguientes críticas veladas al sistema, a occidente y al mundo científico. En si no es una novela como las demás (es decir, con inicio, nudo y desenlace), tampoco es un libro de aventuras, al menos de aventuras de acción, yo diría que es más bien un libro para pensar o comprender. El libro se divide en tres grandes capítulos en los que el protagonista nos transmite su visión de diferentes situaciones que le salen a paso y de como las afronta, haciendo ver que lo insólito es cada vez más ordinario para él.
El lunes empieza el sábado nos cuenta como Priválov, un primitivo programador de ordenadores (la obra es de 1965), está en un viaje vacacional y termina en el lejano pueblo de Solovets donde empiezan a sucederle cosas extrañas. Se le aparecen personajes de cuento y otros sucesos todavía aún más inverosímiles. A partir de ahí, Priválov se sumergirá en un mundo de magos metidos a científicos que trabajan activamente para la URSS.
Los hermanos Arkadi y Borís Strugatsky, militar y astrónomo de profesión respectivamente, fueron en su momento los escritores de ciencia ficción más conocidos de la antigua Unión Soviética. Algunas de sus obras han sido llevadas al cine, la última ha sido "La isla habitada", la cual ha sido la superproducción más cara de Rusia, hasta el momento. Por desgracia no puedo decir mucho más de los autores pues ésta es la única obra que he leído de ellos.
Lamentándolo mucho, al libro le doy un 6. Una de las razones, la más importante, es la traducción, de Raquel Marqués García. Comprendo que el ruso sea un idioma difícil, pero el libro tiene unos fallos dignos de no haberse revisado el libro correctamente. Fallos que incluso hacen perder el sentido a la frase, cosa que es verdaderamente lamentable. Otro fallo que hace que la obra pierda puntos es el diseño de maqueta, el cual es un tanto chapucero. Hay frases que tienen tan poco espacio entre las palabras que parece todo el conjunto una sola palabra, y en otras ocasiones demasiado espacio. Otro punto dentro de la maqueta es la falta de espacio para las notas a pie de página, éstas se ven demasiado pegadas al texto. El punto final es el papel, barato y ácido, que no le hace justicia al libro y menos a la portada, ilustración muy destacable, de Eva Ramón. Cabe destacar que la "faja" del libro reza, entre otras cosas, que se trata de una novela "desternillante", divertida es, pero desternillante no lo creo.
Vaya... una pena si es verdad lo que dices, que la traducción es tan mala... Si Editorial Nevsky Prospects no está cuidando las traducciones, su trabajo de traducir al español obras rusas interesantes se va a quedar en nada... P.D. Esta novela corta de los Strugatski es divertida. No sé si desternillante, pero juega bien con el absurdo.
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