Esta vez me he decidido a coger el toro por los cuernos (principalmente debido a un compromiso cercano en el tiempo) y me he lanzado a leer esta obra como si la vida me fuera en ello. Francamente exagero, pues no solo por el compromiso la he leído, sino por ponerme a prueba, ya que en mi caso la novela es algo a lo que no estoy acostumbrado y como veis me he lanzado directo a por un clásico indiscutible. Como anécdota, antes de precipitarme a mi conclusión sobre el libro, he de mencionar que lo he leído virgen, es decir, sin haber visto las dos películas que existen sobre el libro.
Siempre escuché hablar de Solaris de Stanislaw Lem como si se tratara de una especie de Santo Grial de la literatura de ciencia ficción y, francamente, en cierta manera le doy la razón. Me ha sorprendido especialmente todo el micro-universo creado por Lem en torno al planeta Solaris y su visión del mundo científico.
La historia comienza con un psiquiatra, llamado Kelvin, llegando a Solaris, un planeta que desafía todo lo establecido por la ciencia humana y como allí se encuentra con un suicidio y dos científicos con una conducta verdaderamente extraña, a lo que hay que añadir las apariciones de personas que no tendrían que estar ahí. Sobre el trasfondo de la historia, no quiero contar mucho, pues en él radica la miga de la historia. Lo que si puedo decir es, que es una buena crítica al sector científico y sus constantes discusiones bizantinas y del como llegan a tratar una hipótesis como si de dogma se tratara, acabando así con la generación de nuevas hipótesis tomándolas como si de herejías se tratasen. En cuanto a las conclusiones sobre el planeta, éstas me las guardo para mi.
Comento, como aviso al lector, que hay un par de capítulos que me han parecido especialmente farragosos debido al lenguaje científico y de tono académico, en ellos se explican la anatomía del planeta y las diferentes teorías científicas sobre éste.
Cabe destacar, como es habitual en Impedimenta, que la traducción está realizada directamente del Polaco por Joanna Orzechowska. El buen gusto en cuanto al diseño gráfico. Aunque esta vez voy a ser un poco crítico con este último punto, pues me da lástima que tan exquisito gusto a la hora del diseño se vea mermado debido a la calidad de una cubierta tan débil, que con el más leve roce se deteriora seriamente. Eso si, comprendo perfectamente que la elección del material, tan gustoso al tacto, sea por la tendencia del llamado "libro objeto". La única cosa que me ha disgustado del libro es, la introducción de Jesús Palacios, que desde mi punto de vista contiene unos cuantos "spoilers", los cuales consiguen que contemples la historia desde conclusiones ya predefinidas, y esto, evidentemente, hace que leas la historia sin mucha sorpresa.
Al libro le doy un 8. Es totalmente recomendable para todos aquellos que quieran leer algo diferente, que les haga reflexionar aunque sea por un leve instante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario