Éste libro tiene la curiosa historia de haber sido el culpable de la muerte de Sherlock Holmes. El autor, Sir Arthur Conan Doyle, harto de su famoso personaje, decidió darle muerte y escribir ésta novela histórica de la que hoy les hablo.
La compañía blanca empieza con el joven Edrickson, un monje que nunca ha salido de la abadía, tiene que salir "al mundo" causa de un pacto que hizo su padre, ya fallecido, con el abad. Emprende así un viaje para volver a casa y decidir si quedarse en la abadía para siempre o disfrutar del mundo externo, del cual no sabe nada. Al paso le saldrán una serie de personajes que le harán replantearse su existencia y hacer que se enrole en "La compañía blanca" comandada por Sir Nigel Loring, perfecto caballero medieval casi quijotesco. Aprenderá el oficio de las armas, verá mundo, aprenderá que es el amor y, como no, tendrá muchas aventuras. La compañía tendrá que viajar por Inglaterra y Francia, hasta llegar España, para luchar en la guerra del rey Pedro I "el cruel".
Nos os voy a contar gran cosa de Sir Arthur Conan Doyle, pues ¿quien no le conoce? Aun así quería comentar alguna cosa más al respecto sobre su persona. Como ya he dicho, decidió asesinar a Holmes para escribir ésta novela. Para su desgracia, al poco tiempo, tuvo que resucitar al famoso investigador a causa de las presiones del público y del editor. Desde hacía tiempo soñaba con escribir ésta novela, de la que llegó a decir que fue su preferida. Para escribirla decidió documentarse lo más fielmente posible pero, aún así, cometió algún fallo bastante grotesco que luego comentaré. También hay un episodio con toques mediúmicos, dejando presente uno de los hobbies de que gustaba Sir Arthur: el espiritismo. Por último, quiero resaltar que Sir Arthur fue un escritor verdaderamente prolífico y abarcó casi todos los géneros literarios: desde las novelas de aventuras, hasta los relatos fantásticos.
Mi lectura del libro ha sido algo decepcionante. Desde mi visión, el libro, es más bien un documental, al menos hasta la mitad; donde pasa a convertirse en una novela de aventuras. Quiero decir que, en la primera parte, el autor deja patente toda su capacidad documental y, usando al bisoño Edrickson como herramienta, nos hace una exposición de situaciones y personajes que uno se podría encontrar en el medievo. La segunda parte está más en la línea de las historias de aventuras de la época, haciéndose notar un aumento de la acción en detrimento del aspecto documental. Lo más lamentable, en cuanto a la documentación, es cuando la historia nos lleva a Navarra y describe a los vascos como gentes vestidas con boinas, fajas y alpargatas de suela de cáñamo en pleno siglo XIV. No sería hasta el siglo XIX donde los vascos vistiesen de tal manera. He de añadir que, en algunas ocasiones, se hace monótona la lectura pues, el autor, se obceca en describir detalles hasta la saciedad y poner listas de nombres de nobles para adornar situaciones como desfiles o marchas militares que no llevan a ninguna parte. También otras situaciones monótonas a resaltar son: la falta de acción constante y los duelos un tanto repetitivos entre personajes. Pero no todo son aspectos negativos: la primera parte es muy correcta, interesante y amena. Las situaciones cómicas que suceden a lo largo de toda la novela, las bravuconadas caballerescas, y personajes muy destacables como Sir Nigel, Sir Oliver Butteshorn o Juan Hordle hacen pasar gratos momentos.
Sobre la edición he destacar que para ser una edición rústica "de bolsillo" tiene muy buen papel, además de una portada que luce una ilustración muy bonita, la cual, hace referencia a un capítulo de la novela. Pero la edición, por desgracia tiene unas cuantas taras, tales como: Fallos de traducción; errores del tipo: confundir el nombre de un personaje y poner lo dicho en boca otro; decisiones absurdas como traducir el nombre de un personaje al castellano y luego olvidarse en algún momento de traducirlo. También se nota la falta de alguna nota a pie de pagina en referencia a títulos nobiliarios medievales o expresiones en francés.
En definitiva, mi puntuación será bastante indulgente y por ello le doy un 6. Más que nada por que la novela merece la pena ser leída, pero no es para echar precisamente cohetes. Si la edición hubiera sido más cuidada habría tenido algún punto más.
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