Ésta reseña será poco ortodoxa; pues irá sin la habitual imagen que, por más que he buscado en Internet, no la he podido encontrar.
El libro, adquirido de segunda mano, fue parte de una colección del malogrado periódico Egin, y efectuada bajo el patrocinio de Pacharán La Navarra.
Ésta edición, de Narraciones vascas, solo recoge una pequeña cantidad de relatos. Parece ser que hubo diferentes recopilaciones bajo el mismo título y como es tal la confusión al respecto, paso a citar el contenido de éste libro:
- El bardo de Itzaltzu: Una historia de corte legendario, en la que se juntan la "leyenda" de un bardo y el universo de la peregrinación a Santiago en los tiempos de la fundación de la colegiata de Roncesvalles. Dudo de que la leyenda, mencionada al inicio del relato, sea cierta. El resto del relato es, evidentemente, pura literatura.
- Roedores del mar: Nos cuenta como un carabinero extremeño, recién llegado a Pasajes, se enamora de una muchacha del lugar. La historia, de corte costumbrista, es una interesante reconstrucción del modus vivendi de las mujeres de Pasajes a finales del siglo XIX. Es divertido leer, a los diferentes personajes que aparecen, hablando cada uno en su argot particular.
- Pedro Mari: Trata de la desgraciada vida de un pobre pastor que, queriendo ir a las Américas, termina envuelto en los turbulentos acontecimientos de la revolución francesa. Desde luego es, para mi, la historia más amarga de todas las del libro.
- Grachina: Historia fantástica basada en tradiciones orales; donde un grupo de mujeres se reúnen para ir a un Akelarre y todo lo que ello conlleva. Da una descripción muy curiosa de la celebración del Akelarre y del universo satánico y brujeril.
- El último tamborilero de Erraondo: Un hombre ya anciano, sufre la nostalgia de su tierra y decide volver de la Argentina, donde es feliz y vive cómodamente, para volver a su tierra y descubrir cuan devastada e irreconocible está a causa de las guerras carlistas. La historia en si se centra en la perdida de tradiciones y la tristeza del nostálgico.
Cabe destacar que, todas las narraciones aquí descritas, son de corte dramático. Además, todas ellas, tienen en común que todos los protagonistas sufren las consecuencias de seguir siendo ellos mismos y no dejarse llevar ni por las personas; ni por los acontecimientos.
El autor, Arturo Campión, fue un político que dedico buena parte de su vida a la literatura. Vivió a caballo entre dos siglos convulsos y así lo reflejó en su obra. Firme defensor de los Fueros, navarro a ultranza y vasco convencido, no deja de demostrarlo constantemente a lo largo de su obra. Como escritor, fue verdaderamente prolífico y su obra se desarrolla por temas que abarcaban desde la lingüística y antropología, hasta novelas y cuentos, pasando por escritos de carácter político y artículos de prensa.
Poco puedo criticar en contra del libro; salvo el patriotismo exacerbado y la idealización romántica de lo vasco por parte del autor, cargante en ocasiones, y la edición barata y poco cuidada, típica por parte de un periódico. Ha de destacarse el rico lenguaje usado en la obra y la habilidad del autor en describir paisajes, personas y situaciones; haciendo uso de constantes orgías descriptivas. En definitiva: al libro le doy un 7; pues ha estado bien, salvo en lo comentado.